martes, 27 de enero de 2009

Un pájaro puede, si quiere, ponerse a llorar

Ceno hoy lo que preparó mi mamá el fin de semana. No lo ha dicho pero sé, que fue ante el aviso de mi visita, que preparó mi 'menjurge' preferido. Aunque estoy bien, extraño su blablear mientras mastico. Extraño las nuevas futiles del vecino, del perro, de la colonia de gatos que vive en los alrededores. Extraño casa, la propia. Pero el tiempo ha pasado... no puedo ya sentarme a esa mesa jugando el mismo rol. Ya no. No puedo volver, mas que de visita.

No puedo volver, sino a recordar.

"Y juegan al mundo, a la historia, a la vida común. Ahí se destrozan, se besan, se van. Con viejas costumbres que a diario se dan. Y un pájaro pasa y se pone a llorar. Y el viejo y el niño le caen a pedradas los dos..." (Generaciones, Silvio Rodríguez)

1 comentario:

  1. Me recuerda el poema de Cavafis:

    "Itaca te brindó tan hermoso viaje.
    Sin ella no habrías emprendido el camino.
    Pero no tiene ya nada que darte."

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